sábado, 8 de febrero de 2014

Segundo semestre.

Pues ya llegó Febrero, y con él el segundo semestre y el Carnaval. Esta primera semana de segundo semestre ha sido un tanto inusual; apenas he ido al colegio, y cuando he ido me lo he pasado bien con las nuevas asignaturas. También hemos tenido la primera reunión de rugby, por lo que estoy muy ilusionado. Últimamente me lo estoy pasando muy bien, la gente es espectacular y en cuanto asome el sol pues incluso mejor. Se echa de menos el sol, nunca había echado de menos lo que me daba la vida porque siempre lo tenía. Se echa de menos algo que descubrí el año pasado, el Carnaval, que con su letra, su música y su arte te arregla el día. La sensación de nostalgia se hace mayor a medida que el año avanza, pero más aun la de quedarse. Al final colisionarán como coches de choque en una feria, pero me pillará en medio, y se sabe que de ahí voy a ser yo el peor parado. Ahora mismo estoy en un punto de mi vida un poco confuso, me explico. Soy una persona que sabe lo que quiere en cada momento, me gusta planificar, quiero tener control sobre lo que me ocurre, quiero tener control sobre lo que puedo tener control. Ahora mismo, veo fotos, comentarios, vídeos de mis amigos y de sus vidas, y me pasan a ambos lados como el que ve los árboles pasar cuando va en un coche. Las vidas de mis amigos y familia van hacia adelante, todo el mundo parece saber dónde va y de dónde viene. Y mientras, estoy yo, otra vez desgraciadamente en el medio de todo, que no sé qué hacer con mi vida ahora mismo. Siempre se sigue lo establecido, siempre se sigue un curso, un programa. Pero con el tiempo y la perspectiva que te da el salir fuera, te das cuenta de que no es la única manera de triunfar en la vida. Ahí también depende mucho como definas triunfar, para mi es ser feliz, que lo soy mucho ahora mismo. Pero miro un poco al frente y lo veo todo un poco nublado, no sé qué camino tomar. Y veo también que en cierto modo las decisiones que haga ahora van a influir de gran forma a hacia qué camino me voy a ver empujado. Sigo con mis estudios, hago lo mejor que puedo mi física y mi matemática, incluso estoy haciendo deporte. Si a esta indecisión le sumas las ganas de volver a casa, pues lo que resulta es un cacao inmenso en mi cabeza. Tengo que reflexionar bastante, y es lo que digo, estoy contento ahora, pero si hago las decisiones erróneas, ¿estaré contento mañana? Solo hay una cosa de la que estoy seguro ahora mismo, y es que me alegro de volver por aquí.

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