miércoles, 2 de octubre de 2013

Demà serà el dia.

Mañana, ese espacio futuro tan bello donde residen nuestras ganas y esperanzas. Es el punto de partida de la vida, mañana. Hay veces que ese mañana nunca llega, otras tantas, el mañana juega contigo y se adelanta a tus propósitos. Mañana va a ser un día importante. Pero primero os contaré lo que me ha pasado hoy. Me he montado al autobús y no estaba. He salido al recreo y a comer y no estaba. Me he ido al fútbol y no estaba. Y entre esto, un vaivén de exámenes y trabajos. Un 10 en matemáticas, empezamos bien. Ha sido un día extraño, solo un mes desde que la conocí y con un solo día sin verla ya la echo de menos. Hoy jugando al fútbol he recibido la que quizás haya sido la patada más fuerte que haya recibido en mi vida, en las costillas, en el hígado y en la cara. Me he partido la cara por el equipo, aunque hayamos empatado. Y cuando me levanté del suelo, solo quería verla. Y cuando volvía a casa, confuso y dolorido, era la única persona en ese instante cuya sonrisa me podría haber quitado todo. Pero no estaba. Lo que me lleva a mañana. Mañana es el día en que diga algo. Mañana reviento, para bien o para mal, esperemos que para bien, porque no es normal esto que me pasa. Nunca en mi vida he tenido a una persona tanto tiempo en mi cabeza, ni me ha hecho sentir como cuando estoy con ella. Y esta tarde lo tuve claro. Aunque tenía la cabeza en otro mundo por el golpe, solo la veía a ella. Aun no se cómo, ni en qué momento del día lo diré. No sé cómo va a reaccionar, ¿si? , ¿no?. La duda me abarca y me sobrepasa, me hace falta la respuesta. El no ya lo tengo, como siempre. Pero si tengo suerte, podré escuchar la palabra más bonita de todas las lenguas: "Sí". Ya os contaré!

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