domingo, 8 de septiembre de 2013

Domingo 8 de septiembre.

¡No ha estado mal el día! Me he levantado bastante temprano, a eso de las 9 de la mañana, porque no podía dormir más. Jugueteé un poco con el ordenador y con el iPod, pero seguía un poco aburrido. Entonces decidí ponerme a leer el libro que suelo leer por las noches, Inferno, de Dan Brown. El libro es sencillamente genial, lo es hasta el punto de tenerme enganchado hasta las 11 de la mañana leyendo. 120 páginas me he leído esta mañana, imaginaos lo bueno que es. Dejé la alacena de Harry Potter y me fui abajo, a ver si pillaba algo para comer. Mientras que me preparaba el desayuno, no sé como, pasó el tiempo de una manera muy rápida, tanto que me dieron la 1 de la tarde y aun no había desayunado. ¡Problema! Había quedado con Oda y no estaba listo, además Debbie estaba molesta conmigo por no habérselo dicho. Habíamos quedado para dar una vuelta, pero estaba lloviendo a cántaros. Hubo un momento en que sinceramente no sabía que hacer, menos mal que ella insistió en salir a la calle sin importar que lloviese. Subí arriba, me cambié como pude, no me puse ni calcetines, amarré un chaqueta impermeable y pa la calle. Debbie, aun enfadada, tuvo el detalle de dejarme un paraguas. De verdad que no tengo ninguna queja de ella, es muy buena gente. Pues eso, salimos Oda y yo, llovía un poco pero bueno, se podía sobrellevar. Decidimos entrar en la galería de arte local donde hay unos cuadros magníficos, quiero comprar uno antes de que cierre la tienda en dos semanas. Le echamos un vistazo a los cuadros mientras charlábamos, además nos sirvió de excusa para estar allí mientras llovía. Cuando dejó de llover, nos fuimos a la playa de Margaretsville. Es una playa bastante fea, y aparte el frío no acompañaba del todo. Aun así, los dos metimos los pies en el agua para comprobar que por lo menos está más fría que el agua de Cádiz. Empezó a llover otra vez, pero esta vez con más fuerza aun, así que huimos a la galería de arte otra vez. El hombre encargado, muy amable por cierto, nos invitó a pasar y quedarnos el tiempo que quisiéramos. Tras pasar un rato hasta que la tormenta amainase, fuimos al faro de Margaretsville, el único faro de Canadá pintado en negro. Estuvimos un tiempo ahí hasta que nos dimos cuenta que hacía demasiado viento y demasiado frío. Por muy incoherente que parezca, nos fuimos a tomar un helado al Community Hall de Margaretsville, donde se celebraba el último ice-cream parlour del año. Nos tomamos un helado y unos señores mayores nos empezaron a hablar, ninguno de los dos nos enteramos de nada. Solo escribimos nuestros nombres en un papel y nos dijeron que nos buscarían, muy normal todo. Nos quedamos en el Community Hall un rato hablando de cosas y riéndonos. Luego volvimos a mi casa y llamó a su hostmother para que la recogiera. Me lo he pasado muy bien con ella hoy, es una chica super interesante y espero tener la ocasión de poder salir más a menudo con ella. Cuando volví a la casa, le volví a pedir perdón a Debbie por no decirle nada. Me dijo que no pasaba nada pero que le tenía que avisar de las cosas, yo asentí. Y ahora, pues bueno, aquí estoy haciendo tarea para mañana. No sé porqué, pero el colegio sabe un poco menos amargo aquí. A ver que pasa mañana, ya os contaré!

No hay comentarios:

Publicar un comentario